
Últimamente oigo muchas excusas para no jugar a golf, y a no ser que tu pareja no te deje ir no vale ninguna otra. Yo soy una persona que siempre me ha costado levantarme pronto pero por el golf me he llegado a levantar a las 5:30h para ir a jugar a La Cerdanya, jugar 6 horas y volver de noche a Barcelona. No vale si hace demasiado sol o demasiada lluvia, siempre se juega. Recuerdo un partido en el Sakura de Caldes de Motboi donde literalmente nos tuvieron que sacar del campo por riesgo de rayos elétricos. Imaginaos la que estaba cayendo. Tampoco vale encontrarse mal, sino mirar la cara de gripe con la que jugué el Campeonato Tamaluca en el Empordà Golf el año pasado.
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