este mediodía he ido a hacer unos tiros a Sant Joan; sigo con la práctica del nuevo swing y mientras tiraba he recordado aquellos tiempos en que era handicap 36. La ilusión de aquellos días era tremenda y era feliz simplemente por hacer un golpe bien entre 100. Salir al campo era una mezcla de respeto e ilusión. Con esa inocencia el principio en que en cada hoyo cogía el driver para salir y no dudaba en sacar la madera 5 o madera 3 para jugar desde el rough. Jugaba con 2 puntos en cada hoyo y en campos con mucho slope con 3 puntos en según que hoyo. La verdad es que no tuve a nadie a mi lado en esos días que me explicara o aconsejara como jugar los hoyos adecuadamente a mi handicap, ya que está claro que saliendo con un hierro medio recto y poco a poco tirando recto hacia el hoyo es fácil que bajara rápidamente de handicap.
Recuerdo grandes bajadas de handicap, resultados de más de 40 puntos varias veces seguidas, y luego resultados desastrosos, sanciones (jeje) ...
Recuerdo las típicas dudas con las reglas de golf (reconozco que sigo con muchas lagunas), recuerdo muchos tiros al aire donde la bola ni se mueve, recuerdo tantos libros comprados donde se explican los secretos del swing, DVDs de David Leadbetter y clases de golf a las que acudía con las expectativas de salir a la media hora jugando como un profesional.
Recuerdo tantas veces en las que después de una de esas clases o después de hacer tiros de prácticas vuelvo a casa con la idea de que esta vez sí, esta vez tengo claro el swing para perderlo al día siguiente.
Pues bien, ésta es una de esas veces en las que veo claro el swing después de las últimas dos clases de Javier Marín y las prácticas de hoy. Espero no perderlo en los próximos días porque creo que puedo bajar un par de puntos de handicap este verano, y llegar al entorno de los 20.
martes, 10 de junio de 2008
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